miércoles, 1 de septiembre de 2010

Pretty Face

Él estaba feliz pero su sonrisa apenas era capaz de curvarse. Ella era consciente de ser muy guapa pero no tenía el talento para fijarse en la curvatura de la sonrisa, los gestos evidentes y las miradas cautivas. Él lo sabía. Ella no. Yo me di cuenta. Él estaba mirando. Ella se colocaba un mechón de pelo detrás de las orejas.

Entonces supe la verdad del misterio. La pequeñez del momento. Lo absurdo y sublime de la belleza. Lo poderoso y dañino de la inteligencia. Entonces nos miramos y él supo que yo sabía. Ella sonrió mientras enseñaba con deleite una vez más sus preciosos ojos. Parecía feliz. Él también.

Yo no pero amistad no significa tener que entenderlo todo.

El mechón de pelo volvió a caerse en el mismo sitio en el que estaba.

Volvimos al principio.

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